LETRAS PARA LA IGUALDAD
Entrega de premios del concurso Letras para la Igualdad. Arrodillado a la derecha Saúl Garrido. |
“DESDE
LA CUNA”
Rosa
y Azul acaban de nacer y aunque ellos no lo saben, sus vidas ya están
predestinadas. Sus mundos serán rosas o azules, como sus nombres.
A Rosa le perforan las orejas algunas semanas después. Azul las tiene intactas.
Viven
en el mismo barrio, en la misma calle, en el mismo portal y en el mismo piso.
Sus madres son amigas y van todos juntos al parque que hay al final de la
calle.
Rosa
lleva siempre preciosos vestidos cargados de lazos y flores pero cada vez que
juega en el arenal se clava un montón de pequeñas piedrecillas y acaba
llorando.
Azul,
no llora nunca, su padre no le deja. Azul juega tranquilamente en la arena y no
se hace heridas ni raspones, los pantalones le protegen. A él también le gustan
las flores, sus colores y su perfume pero en sus camisas no hay ninguna.
Rosa
mira con envidia la enorme colección de coches abandonados en el suelo, son de
Azul pero él no los quiere, prefiere jugar a la comba detrás de los árboles
para que su madre no le vea.
Rosa
y Azul han ido creciendo juntos, van al mismo colegio pero sus vidas siguen
siendo de un único color. A pesar de su corta edad, saben que son distintos
aunque no logren averiguar por qué.
Es
navidad y en la función del colegio Rosa es la Virgen y Azul san José, piden intercambiar
los papeles pero no les dejan, por más que lo intentan resulta del todo
imposible y se conforman con lo que les toca.
Ninguno
de los dos entiende nada y tienen una idea, le pedirán a los Reyes Magos lo que
más desean, no podrán negarse, están ahí para cumplir los deseos de los niños.
Azul
ha pedido varios cuentos de hadas, tiene una imaginación desbordante y su mente
se pierde imaginando historias de princesas que son salvadas de terribles
dragones pero el día de reyes solo recibe un balón de fútbol.
Rosa
quiere un disfraz de caballero medieval, le encanta cambiar su rostro con
barbas y bigotes pero bajo el árbol solo hay una muñeca.
Los
dos están muy tristes, será que los “Reyes” no han leído bien la carta, tendrán
que releerla de nuevo una y otra vez hasta que se den cuenta de su error para
que este mundo pueda cambiar.
Saúl Garrido
Domínguez E4A