sábado, 22 de junio de 2013

LETRAS PARA LA IGUALDAD

LETRAS PARA LA IGUALDAD

Entrega de premios del concurso Letras para la Igualdad. Arrodillado  a la derecha Saúl Garrido.  



“DESDE LA CUNA”


Rosa y Azul acaban de nacer y aunque ellos no lo saben, sus vidas ya están predestinadas. Sus mundos serán rosas o azules, como sus nombres.

A Rosa le perforan las orejas algunas semanas después. Azul las tiene intactas.
Viven en el mismo barrio, en la misma calle, en el mismo portal y en el mismo piso. Sus madres son amigas y van todos juntos al parque que hay al final de la calle.

Rosa lleva siempre preciosos vestidos cargados de lazos y flores pero cada vez que juega en el arenal se clava un montón de pequeñas piedrecillas y acaba llorando.

Azul, no llora nunca, su padre no le deja. Azul juega tranquilamente en la arena y no se hace heridas ni raspones, los pantalones le protegen. A él también le gustan las flores, sus colores y su perfume pero en sus camisas no hay ninguna.

Rosa mira con envidia la enorme colección de coches abandonados en el suelo, son de Azul pero él no los quiere, prefiere jugar a la comba detrás de los árboles para que  su madre no le vea.
Rosa y Azul han ido creciendo juntos, van al mismo colegio pero sus vidas siguen siendo de un único color. A pesar de su corta edad, saben que son distintos aunque no logren averiguar por qué.

Es navidad y en la función del colegio Rosa es la Virgen y Azul san José, piden intercambiar los papeles pero no les dejan, por más que lo intentan resulta del todo imposible y se conforman con lo que les toca.

Ninguno de los dos entiende nada y tienen una idea, le pedirán a los Reyes Magos lo que más desean, no podrán negarse, están ahí para cumplir los deseos de los niños.
Azul ha pedido varios cuentos de hadas, tiene una imaginación desbordante y su mente se pierde imaginando historias de princesas que son salvadas de terribles dragones pero el día de reyes solo recibe un balón de fútbol.

Rosa quiere un disfraz de caballero medieval, le encanta cambiar su rostro con barbas y bigotes pero bajo el árbol solo hay una muñeca.

Los dos están muy tristes, será que los “Reyes” no han leído bien la carta, tendrán que releerla de nuevo una y otra vez hasta que se den cuenta de su error para que este mundo pueda cambiar.

Saúl Garrido Domínguez E4A