domingo, 26 de junio de 2011

Un delicioso libro sobre mujeres "nada convencionales"

La escritora y periodista Cristina Morató, ha publicado este año su nuevo libro, Divas rebeldes, donde retrata la vida de los grandes iconos de la moda y el glamour del siglo XX. Mujeres "de leyenda, imprescindibles y admiradas" por el resto del mundo, como son Coco Channel, Eva Perón, Maria Callas, Wallis Simpson, Jackie Onassis, Barbara Hutton o Audrey Hepburn.

En este volumen se rescata el lado más humano de estas mujeres, más allá de su fama, riqueza, belleza y escándalos, sin cuyas vidas no se podría entender la historia del siglo XX. Todas ellas poseen un pasado trágico y experiencias duras que les convirtieron en mujeres preparadas para la vida.

Un cubano llamado Hemingway

Finca Vigía, su casa en la isla, se convierte en centro de peregrinación y archivo 

 

 Un murciélago conservado en formol -"el murciélago embotellado", le llamaba Hemingway- es lo primero que salta a la vista en el cuarto de baño que utilizaba el escritor en Finca Vigía, la quinta campestre que fue su refugio cubano en los años cuarenta y cincuenta y donde escribió El viejo y el mar. Pegado al inodoro, en un pequeño librero se puede encontrar todo tipo de literatura -incluida una biografía del ilusionista Houdini- y también queda una vieja pesa. A su lado, escritas a lápiz en la pared, hay unas marcas difíciles de descifrar desde el lugar establecido para los visitantes. "Son anotaciones de su peso, lo controlaba a diario", explica una de las celadoras. Las marcas de 1955 nos muestran al Hemingway más conocido, modelo oso: "14 de abril. 240? libras". En 1959 había bajado de peso: "18 de marzo. 204 libras"; "29 de marzo, 203? libras". La última anotación es de un día antes de partir de Cuba para no regresar más: "24 de julio de 1960. 190? libras".

El argentino Bernardo Stamateas clasifica 15 categorías de 'personas tóxicas'

Envidiosos, manipuladores, mediocres, neuróticos, agresivos, victimistas... ¿Por qué sois así? La bajeza humana es un tema clásico en la literatura y en la filosofía. Ahora, el psicólogo argentino Bernardo Stamateas la clasifica en 'Gente tóxica' (Ediciones B), un ensayo que tiene dos partes de autoayuda (su propósito es dotar al lector de herramientas con las que defenderse de los malvavados con los que tiene que convivir) y una parte de reflexión: ¿qué es eso de ser mala gente? ¿Y cuánta vileza es aceptable en nuestras vidas antes de pasar a la categoría de 'gente tóxica'?
Stamateas, que ha tomado el concepto de la estadounidense Lillian Glass, responde en un correo electrónico: "Lo que las une a todas las personas a las que calificamos de gente tóxica es la baja estima y el deseo de lastimar al otro para sentirse bien. Al ser 'adictos' emocionales, necesitan robar la 'energía' para sentirse vencedores y fuertes. Son personas que nos nivelan para abajo y nos meten miedo o culpa. Los tóxicos son personas que tienen un estilo de vida 'tóxico'. Todos tenemos rasgos tóxicos en algún momento de nuestra vida, pero la manera de pensar de esta gente es perturbar a determinadas personas".
"Todos venimos 'gallados de fábrica'", continúa Stamateas, "y en algún momento aparecen comportamientos de envidia, de agresión o de crítica. Pero son ocasionales y de corta duración. El tóxico, por otro lado, lo vive como un objetivo: es una necesidad que tiene, un deseo de que el otro esté mal, que le produce una sensación de triunfo interno".
Y, sin saber mucho de psiquiatría, ¿no tiene eso que ver con la definición de psicopatía? "El psicópata es una persona que no respeta los límites, no tiene culpa, no siente angustia de sus conductas: el otro es una cosa, un objeto para ser usado y descartado. Al no sentir culpa ni angustia no tiene remordimientos a menos que llore como estrategia. Esta falta total de empatía hace 'cosificar' al otro como 'algo' y no alguien. Han perdido la claridad de lo bueno y lo malo. Todas las conductas, para ellos, son relativas: mentir, engañar, robar, estafar. Si sirven a sus propósitos las utilizan sin ningún miramiento".
La diferencia puede estar en el origen. "Nosotros somos seres culturales, familiares, psicológicos y espirituales. Nuestros comportamientos se aprenden a lo largo del tiempo bajo estas influencias poderosas: aprendemos a amara, comunicarnos, relacionarnos... Cuando internamente tenemos frustraciones, heridas del pasado, broncas guardadas, recuerdos no sanados, pueden transformarse en una 'necesidad' de lastimar a los demás... Por ejemplo, el agresivo es otra categoría que tiene que ver más con una conducta donde la persona vive enojada porque el enojo le hace sentir fuerte y necesita descalificar y agredir por su enorme inseguridad interna. Así podríamos seguir con otras categorías de tóxicos: chismoso, quejoso, envidioso".

Woody Allen: 'Ni idea de qué es Twitter'

Aún escribe con máquina.

Uno de los grandes maestros del cine, Woody Allen, ha dejado ver su lado menos tecnológico. El director neoyorquino no sabe lo que es Twitter, sigue escribiendo con máquina de escribir y tiene una página web que nunca ha visto ni sabe cómo funciona.